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¿Qué rutina alimentaria debe seguir un niño para obtener todos los nutrientes que necesita?

De 7 a 13 años. Esta etapa de la infancia se corresponde con un período de crecimiento regular y lineal.


El esfuerzo escolar y la práctica de alguna actividad deportiva hace que el requerimiento energético aumente, lo que a su vez conlleva una mayor ingesta de alimentos. Es fundamental que el niño lleve una dieta variada y equilibrada. Durante esta etapa, y coincidiendo con períodos de especial esfuerzo mental o físico, pueden ser necesarios algunos suplementos nutricionales, siendo los suplementos vitamínicos más prescritos los de vitaminas A, D y C, al igual que en la etapa anterior.


El niño debe ingerir todos estos nutrientes esenciales en la cantidad y frecuencia adecuadas a lo largo del día para su edad, para lo que debe seguir todos los días hábitos alimentarios adecuados. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria recomienda que en el desayuno y el almuerzo, el escolar cubra al menos el 25-30% de sus necesidades nutritivas. Sin embargo, entre un 10% y un 15% de los niños españoles no desayuna y entre un 20% y un 30% lo hace de manera insuficiente.


Para evitarlo, las familias deben organizarse con el fin de permitir a los pequeños disfrutar de un desayuno saludable. Este debe incluir al menos un lácteo (leche, yogur, queso…), pan, tostadas, cereales, galletas, magdalenas o bizcochos hechos en casa; una fruta o su zumo; mermeladas o miel; una grasa de complemento como el aceite de oliva; y, en ocasiones, jamón o algún fiambre. Para el almuerzo; se recomienda una pieza de fruta, un yogur o un bocadillo de queso, por ejemplo.


En segundo lugar, la comida debe proveer al niño del 30% de sus necesidades nutricionales, por lo que es conveniente que, tanto los padres como la escuela, se involucren en el diseño de menús saludables y equilibrados, capaces de satisfacer, además, los gustos infantiles. Los platos principales deben alternar tanto verduras, legumbres, pastas, arroces y sopas, como carnes y pescados, y el postre debe ser normalmente una fruta o un lácteo.


La merienda no debe ser excesiva, ya que debe suministrar al escolar el 15% de sus necesidades alimenticias. Esta comida del día suele estar muy bien aceptada por los niños y complementa adecuadamente su dieta, porque permite incluir alimentos tan nutritivos como los lácteos o la fruta natural. Además, ayuda a evitar los picoteos innecesarios entre comidas y hace que nos niños no lleguen a la cena con excesiva hambre.


Por último, la cena debe aportar al niño el 30% de los nutrientes y la energía que éste necesita, y se decidirá en función de los alimentos ya tomados al mediodía. Para esta comida, se recomiendan purés, sopa o ensaladas, y, como complemento, carnes, huevos y pescados.


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